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14 de julio de 2019

Una infancia en el Palacio de Kensington, Londres


Si estás pensando en viajar a Londres, una de las capitales más interesantes de Europa,  posiblemente el palacio de Kensington esté en tu lista de “lo que hay que ver”. Yo te invito a conocer una habitación de este palacio relacionada con la infancia y los juguetes.


La parte visitable del gran edificio está dedicada en gran medida a la  vida de la reina Victoria, cuyo reinado de 1837 a 1901 ha sido el segundo más largo del Reino Unido, solo superado por  el de su tataranieta la actual reina Isabel. La época victoriana fue un periodo muy importante para el desarrollo del país y quizá no sepas que todo empezó en esta habitación.


Victoria nació y pasó gran parte de su infancia en el lugar que hoy exhibe algunos de sus juguetes, joyas  y objetos personales, así como trajes, bustos y retratos de sus hijos. Precisamente una pintura de ella siendo niña acompañada de  su madre, de luto, preside la estancia. Su padre había muerto cuando la pequeña aún no tenía dos años y desde entonces compartió la habitación con su progenitora hasta que se casó.


Por cierto, pensaréis que estoy muy monárquica últimamente tras hablar hace poco de la reina Fabiola,  pero es que solo las clases sociales más poderosas accedían en esa época a ciertos juguetes y me parece interesante enseñaros este lugar.


Educada para ser reina contra todo pronóstico, ya que era la cuarta en la sucesión al trono, Victoria pasó una infancia muy solitaria, sin apenas contacto con otros niños y bajo una educación muy estricta. Quizá por ello se acompañó de tantas muñecas; están inventariadas ciento treinta y dos y como dato curioso,  cada una de ellas tenía nombre propio y ropajes que en algunos casos la propia niña confeccionaba con ayuda de su institutriz la baronesa Lehzen, la persona más cercana a ella durante su infancia y adolescencia.  A menudo estas moñetas estaban basadas en personajes teatrales que la princesa había visto en alguna de las escasas salidas que hacía.


Conocemos muchos aspectos sobre su vida en general y sobre sus juguetes en particular porque escribió un diario desde que era una niña que aporta detalles palaciegos de todo tipo.


Estas muñecas no se pueden ver actualmente aunque algunas se exponen en el Museo de Londres. Todas pertenecen a la Royal Collection Trust, organismo que las custodia y que las has expuesto ocasionalmente y según vemos en las fotografías se trata de las clásicas muñecas Grödnertals alemanas de madera torneada y policromada del siglo XIX. Están articuladas en los brazos y las piernas, pero también en los codos y las rodillas así que la entonces princesa pudo jugar muy bien con ellas y darles vida.


En un pasillo del palacio hay unas ventanas con cristales decorados que reproducen escenas cotidianas  y en una de ellas vemos a Victoria divirtiéndose con sus muñecas.


Volviendo a la habitación, hay algunas dollies o muñequitas que son reproducciones con parecido a las que tuvo la monarca y que se pueden coger de su baúl, así como otras reproducciones de juguetes de madera de la época que nos acercan a ese tiempo ya lejano.




No podía faltar una casa de muñecas, solo tiene dos estancias pero debió ser un excelente escenario de juego. La idea original de estas casitas no era exclusivamente el ocio, sino enseñar a las niñas su papel futuro en la vida, muy ligado al hogar. Observad que se trata de la misma miniatura que aparece en la vidriera de arriba.


Ahora fijaos en esta bonita pulsera que tiene nueve corazones de piedras semipreciosas. El esposo de la monarca, el príncipe Alberto, le regalaba uno cada vez que Victoria daba a luz a uno de sus hijos, nueve en total.


Retratos de estos niños recorren la pared a modo de árbol genealógico.


Uno de los príncipes, de nombre Arthur, posa con una muñeca. La pareja real procuró hacer una vida lo más familiar posible y se conservan  muchos objetos personales relaciones con ellos, algunos están expuestos en otras estancias del palacio.


Sí que vemos algunos bustos y la impresionante cuna que los meció.


Del armario cuelgan algunos vestidos y disfraces de estos niños.


Como veis, no se trata de un museo de juguetes ni siquiera de una exposición, pero para quienes estamos familiarizados con los juguetes antiguos es una estancia que nos hará disfrutar durante unos minutos.






Por cierto, el palacio organiza regularmente actividades para niños, en ocasiones relacionadas con los juguetes de la época victoriana. Nosotros tuvimos la suerte de escuchar las explicaciones de unos guías sobre la forma de practicar algunos juegos de mesa en el siglo XIX y de construir unas preciosas lámparas de papel.

Durante la visita al Palacio de Kensington creo que os gustará ver ropa original de la reina y del príncipe, atención a los delicados bordados del vestido de ella.





Y en algunas salas os sorprenderá ver estos maravillosos trajes hechos enteramente en papel. Una delicia.








Tras la visita, Cuca se entretuvo mucho leyendo el libro de los últimos bebés reales de Reino Unido y viendo los juguetes  y otros objetos relaciones con ellos.


Después lo abrió en la página correspondiente a la reina Victoria y quiso posar con sus propios juguetes.



Termino con un papel de pared que me encantó por su originalidad y colorido, reproduce la flor “pendientes de la reina o fucsias”, muy habitual en los jardines ingleses y que por su nombre no desmerece decorar las paredes de Kensingston Palace...


... y las orejas de Cuca Cape, siempre tan presumida, que no tardó en ponérselas a modo de pendientes para sentirse “reina por un día”.



    Todas las fotografías con el nombre de mi blog están hechas por mí. En virtud de la ley de propiedad intelectual, está prohibido usarlas sin mi consentimiento. Si las necesitas, ponte en contacto conmigo 😉

* Las imágenes número 4, 5 y 7 pertenecen a la Royal National Trust.

* Si deseas conocer otros juguetes y muñecos ingleses, busca Gran Bretaña en etiquetas, a la derecha.

* Otra entrada que te puede interesar es la de los cuentos de la reina Fabiola  http://misjuguetesymognas.blogspot.com/2019/06/los-cuentos-de-la-reina-fabiola.html









6 comentarios:

  1. Olá, Cuca!
    Mais uma postagem adorável!
    Gostei de ver que eles preservaram a história da rainha quando criança. Muitas vezes esse período não é valorizado.
    Abraço.

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    1. ¡Hola Erika! cuánta razón tienes, a menudo no se da importancia a los objetos de la infancia, no se consideran valiosos pero lo son y nos enseñan mucha historia. Un abrazo de Cuca y mío.

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  2. Pienso que los juguetes y las muñecas son pequeñas obras de arte que marcan una época 😍 me ha gustado la entrada. Un saludo 😘

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    1. Pienso como tú, Al desván, no dejan de ser el reflejo de la época en miniatura, para deleite de quienes disfrutamos con los juguetes pero también con la historia. Encantada de que te haya gustado. Un saludo.

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  3. Pensaba que te había dejado un comentario en esta entrada, ¿le daría a borrar en vez de a publicar? No me extrañaría, jajaja...
    Me parece muy interesante conocer esa faceta de Victoria niña. La época victoriana me interesa mucho, he leído mucha literatura escrita y ambientada en esa época y la influencia de la Reina fue grandísima. La soledad de esos niños aparentemente priviliegiados encoge el corazón, aunque en la edad adulta no siempre despierten simpatías.
    Mención aparte merecen los trajes de papel, impresionantes.
    Y qué guapa está Cuca con los "Pendientes de la Reina", siempre me han encatado esas flores.
    Un abrazo.

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  4. Yo no sé que pasa con los correos que a veces no llegan a su destino, mucha tecnología pero a veces ... no funciona, debe ser cosas de los duendes cibernéticos, je je.
    El larguísimo reinado de Victoria fue un periodo realmente importante para el Reino Unido, el desarrollo de la industria trajo consigo unas diferencias sociales enormes, pero también el desarrollo de la tecnología, de la ciencia, de las artes, del conocimiento en general y por supuesto de la literatura, con ejemplos magníficos para quienes la amamos, y ya veo que también eres del club. Por cierto, Cuca también es una gran lectora y amante de la naturaleza; me alegra que a también te gusten esas flores. Un abrazo.

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