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23 de mayo de 2023

De cómo un muñeco conectó Melbourne con Madrid

 

Cada coleccionista de objetos antiguos tiene al menos una historia para compartir. Historias que suelen llegar a trozos, en forma de retazos que nuestra imaginación completa como quiere.


Ocurrió en Melbourne, una ciudad australiana distante 17.300 kms de Madrid. Allí, en un mercadillo, encontré unas pequeñas fotografías en blanco y negro. Estoy acostumbrada a hallar instantes del pasado cuando revuelvo en los rastros y siempre dedico unos segundos a mirar esos momentos que una cámara congeló. Esta vez hubo un click en mi cabeza.


Me pareció reconocer algo en una de las imágenes y al girarla confirmé lo que intuía, estaba tomada en Madrid. Las compré.

De esto hace varios años y quiere la causalidad que hayan pasado justo 70 desde que fueron tomadas en el lejano 1953.


Son seis fotografías hechas en Madrid y San Sebastián que pese a sus reducidas dimensiones de 6 x 6 cms tienen una historia que contar. En una de ellas aparece un hombre joven, bien parecido, junto a varios guardias del Palacio Real y yo imagino que él era el fotógrafo y dueño de los retratos. ¿Un australiano de vacaciones en España? ¿Un inglés en viaje de trabajo que acabó emigrando a Australia?


Dos de las imágenes tienen como protagonistas a un grupo de mujeres y a un muñeco. Según leo en el reverso, las chicas formaban parte del servicio del hotel Larriut de Madrid. Los breves textos, en inglés, no dan muchos detalles más así que la imaginación suple la carencia de información.




El desconocido les tomó dos fotografías en el balcón de su habitación cuya forja no ha sido cambiada desde entonces a tenor de lo que vemos en la fachada del antiguo hotel, hoy hostal. Las jóvenes llevan en sus manos un muñeco que puede ser un Juanín bebé, un juguete bastante caro en la época.



¿Era un regalo? ¿Para quién? Una novia, una esposa, una hermana … Nunca lo sabremos. Solo tenemos la certeza de las fotografías que encontré en un mercadillo muy lejano y que hoy he querido compartir.



Anteriormente a esta entrada ha habido otras con referencias a juguetes, juegos y muñecas australianas, puedes volver a verlas AQUÍ

 

¿Quieres comentarme algo? estaré encantada de leerte, puedes hacerlo abajo. Aclaraciones, aportaciones y preguntas son bienvenidas

 

Todas las fotografías de esta entrada están hechas por mí (a excepción de la 5 que está tomada de Todocoleccion). En virtud de la ley de la propiedad intelectual está prohibido utilizarlas sin mi consentimiento. Si las necesitas, ponte en contacto conmigo a través de este blog, gracias 😉

 

 

 

 

 

5 comentarios:

  1. Super interesante. Puedes escribir una novela. Una de las chicas la que sostiene el muñeco sola en una foto no me parece empleada. Posa con las empleadas pero el muñeco es suyo.

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  2. Continuó fijándome, y si lleva delantal debajo de la chaqueta. Es casi casi una niña pero sigo pensando que es la protagonista y suyo es el muñeco. Un regalo del caballero?

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    1. ¡Qué buena observaciones! Doy por hecho que eran empleadas del hotel por la ropa blanca que llevan todas, pienso que eran las mujeres que limpiaban las habitaciones, una de ellas, la de abajo, muy muy joven. ¿Pudo ser un regalo para alguna de ellas? Es una posibilidad. Otra es que al entrar a hacer la habitación vieran el muñeco, les gustara y el fotógrafo les pidiera posar con él ... todas las vías están abiertas. Es lo bueno de echar la imaginación a volar ¿no te parece?
      Muchas gracias por tus comentarios, me gusta ver que compartimos curiosidad.

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  3. Qué entrada tan estupenda. El pasado nos habla y se presta a múltiples interpretaciones.
    He estado revisando las entradas de tu blog que me había perdido y me parecen fantásticas, tanto las fotos colo las historias. Qué pena no tener apenas tiempo para pasearme por los blogs y comentar como hacía antes.
    Besos.

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    1. Ilona, siempre es una alegría tenerte por aquí, sigue entrando cuando puedas.
      Por no variar coincido contigo, el pasado es un libro abierto esperando que cada uno lo leamos a nuestra manera, es fascinante.
      Un besico desde mis juguetes y moñas

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