Acaban de llegar las primeras
imágenes de los terracotas que tan solo hace unas semanas celebraron su primera
comunión.
Son las relativas al jardín
salvaje, jardín inglés lo llaman en plan fino, donde los niños
estuvieron posando tras salir de la iglesia. Dice la fotógrafa que las del
interior del templo tardarán más porque como había tantos niños, hay que separarlas por familias.
Aquí tenemos las de los trillizos.
Parece mentira que siendo hermanos sean tan diferentes por fuera y por
dentro.
La que mejor va peinada es Bárbara,
no se le mueve ni un pelo y siempre está lista para posar. Con su traje blanco, rosario en la mano, velo y cadenita al cuello, parece que vaya vestida
así todos los días, tan natural.
Pedro el muñeco almirante,
como le llaman ahora sus hermanas, no dice ni pío. Le indica la fotógrafa “mira
hacia aquí” y él mira hacia allí, acostumbrado a hacer caso y no meterse en líos
con sus dos hermanas, que menudas son.
Por último, tenemos a la simpar Victoria
que es alegría pura … y tremendona. Se empeñó en llevar el cabello suelto accediendo,
a regañadientes, a ponerse una coronita, y como no ha parado de jugar desde que
salió de la iglesia lo lleva todo despeinado. Su madre la persigue para tratar
de ponerlo en su sitio pero hay discrepancias entre madre e hija acerca
de cuál debe ser ese sitio. En fin, es una moña con espíritu
libre y a mí me encanta.
¿Conseguirá la madre de los
trillizos acicalar a la indómita Victoria? ¿O la pequeña se saldrá con la suya
y el peine que su mamá lleva en el bolso no tocará su cabeza? Cada uno, que
termine esta historia según le guste más, je je. Hasta pronto.
Otra vez los
muñecos terracotas son los protagonistas de una de mis historias. En este caso
son de los más grandes que tengo en la colección, unos 20 cms. Puedes ver otros
que han ido desfilando por aquí a lo largo de los años pinchando aquí.
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comentarme algo? estaré encantada de leerte, puedes hacerlo abajo. Aclaraciones,
aportaciones y preguntas son bienvenidas.
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