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1 de octubre de 2019

Casa escuela en Linás de Marcuello (Huesca)


Septiembre es el mes del inicio de curso pero todos los años hay colegios del mundo rural que no vuelven a abrir sus puertas.  Son centros educativos de pueblos pequeños que por falta de alumnado se ven obligados al cierre, una consecuencia más de lo que se está llamando “la España vaciada”.



Dado que procedo de este maravilloso entorno y que me interesa lo relacionado con la infancia, la casa escuela de Linás es un lugar que me gusta mucho y que quiero enseñaros.



Entremos a este pequeño edificio de tres plantas con fachada de piedra, un buen ejemplo de arquitectura tradicional aragonesa que albergó no solo las aulas de los niños sino también la vivienda de la maestra.






Fue convertido en museo no hace muchos años, tras estar cerrado durante décadas. Podríamos decir que es el hermano pequeño, en cuanto a tamaño y contenidos, del Museo Pedagógico de Aragón (enlace abajo). 




En el piso inferior veremos la recepción, los baños y algunas fotografías en las paredes. En una de ellas los niños que asistieron a esta escuela en 1954 nos dan la bienvenida junto a su maestra.




En este mismo piso hay una buena representación de láminas, carteles, cuadernos, libros, fotografías y recordatorios relativos a la educación religiosa, tan presente antaño en la educación.



















Subimos las escaleras decoradas con baldosas de arcilla amarillas y rojas hasta llegar a la segunda planta. Este es quizá el espacio más interesante por la variedad de elementos: mapas  y globos terráqueos con los que los  niños de Linás podían viajar por todo el mundo, pizarritas, figuras geométricas, pesos y medidas, una colección de minerales, ábacos, el tintero, las plumas y los plumieres donde guardarlas. Hay además carteles representando el cuerpo humano y los famosos catones.





















Una lámina con puntos de bordado y un pequeño bastidor nos cuentan que las labores formaban parte de la enseñanza, pero solo para las niñas.






No faltan los cuentos de Calleja  y de otros editores, los cromos, los secantes (veo a Caperucita), algunos pitos o canicas, cartera y cabás.







Al fondo, un antiguo armario alberga una buena colección de libros de texto de diferentes épocas. ¿Reconocéis alguno?



El pupitre debajo de un mapa de la península Ibérica nos invita a hacernos una fotografía de recuerdo. He visitado esta casa-escuela varias veces y me he hecho unas cuántas rememorando el clásico retrato que nos tomaban todos los años en la etapa escolar.



Otro tramo de escaleras decorado con imágenes de niños de diferentes escuelas rurales aragoneses da acceso a la tercera y última planta, donde vivía la maestra. En la primera habitación se recrea cómo era un aula, con el dirigente político de la época presidiendo la estancia. Los pupitres, la hucha del Domund, el tajador o sacapuntas y sobre todo los cromos coloridos de Nestlé nos traen recuerdos de infancia.









Al otro lado del pasillo el pequeño despacho nos acerca a la vida de los maestros y el libro de asistencias de 1928, llevado para el control de los alumnos, nos revela la triste realidad del momento. La necesidad de trabajar desde temprana edad hacía que muy pocos niños acudieran a la escuela con regularidad. La tasa de analfabetismo era muy alta entre la población más desfavorecida que se veía obligada a trabajar en el campo, cuidando al ganado o como aprendices.





Hemos llegado a la cocina de la maestra y hablo en femenino porque muchas veces eran ellas las profesionales de la educación destinadas a los pueblos. Los sencillos muebles y enseres denotan una vida sacrificada, solitaria muchas veces y difícil, con un salario bajo y en condiciones precarias. 






Leo dos frases de Santiago Ramón y Cajal, una de ellas cuelga sobre el hogar. Él fue un  niño de pueblo que pasó la mayor parte de su infancia en Ayerbe, localidad sita a escasos kilómetros donde podremos visitar un centro de interpretación en la casa donde vivió. Afortunadamente Santiagué sí que asistía a la escuela y pudo formarse llegando a ser el mejor científico español, ejemplo de que la educación puede transformar  y mejorar la vida de cualquier niño.





Terminamos la visita a este pequeño museo casa-escuela de Linás de Marcuello. Si queréis conocerlo llamad antes porque excepto en verano, que suele estar abierto al público, el resto del año solo lo hace con visitas previamente concertadas. Son los propios vecinos quienes se encargan de ello, orgullosos de darlo a conocer. Les aplaudo por mantener abierta de esta forma su antigua escuela.

·        El teléfono es el 974 382609



·    Muy cerca de allí tienes lugares de gran interés. El castillo de Loarre, la colegiata y el museo etnológico de Bolea, el centro de interpretación de Ramón y Cajal en Ayerbe y los mallos de Riglos, Agüero y Murillo por poner algunos ejemplos.


·        Te puede interesar conocer el Museo Pedagógio de Aragón http://misjuguetesymognas.blogspot.com/2018/11/en-los-anos-80-un-grupo-de-docentes.html



·           Todas las fotografías con el nombre de mi blog están hechas por mí. En virtud de la ley de propiedad intelectual, está prohibido usarlas sin mi consentimiento. Si las necesitas, ponte en contacto conmigo 😉












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