19 de enero de 2018

Una peluquería de muñecas

¿Una peluquería de muñecas? ¿Dónde?  Por varios sitios me llegó esta noticia que  encendió de inmediato la bombilla de la curiosidad. El lugar era Valladolid y como tenía prevista una visita a esa ciudad castellana unos meses después apunté los datos con idea de acercarme.



Elegir una muñeca para llevar a peinar no fue difícil, tengo varias necesitadas de cuidados. Siempre las lavo y peino yo como puedo pero hay algunas que las vas dejando y dejando ... y Shirley resultó elegida. La metí en el equipaje ¡y a Valladolid! Pedí cita por teléfono  porque la peluquería de Elena es, por supuesto, una peluquería normal. Ella me pareció muy simpática y cuando la conocí al día siguiente, lo confirmé. Como buena profesional lo primero que hizo fue estudiar el pelo de la muñeca, el tipo de peinado original (incluso llevaba las horquillas de fábrica) y ver qué era lo que había que hacerle. Y manos a la obra: desnudarla, lavarle con cuidado el cabello, desenredar con mimo y un producto específico y volver a poner los tirabuzones que caracterizaban a la estrella infantil. Después la recomendación de dejar acabar de secar al aire durante unos días.













Mientras tanto Cuca y yo curioseábamos. El establecimiento es espacioso, tiene una zona para que los niños jueguen mientras esperan a sus padres o a ser atendidos ellos mismos, de hecho algunas niñas acuden con sus muñecas para ser peinadas de igual forma. Y en varios lugares vemos la colección de Monsters de Elena y de su hija, porque ellas también son coleccionistas y peinando a estas moñas es como se le ocurrió la idea de abrir otra línea de negocio. En lo alto de un armario algunas muñecas de los 70 lucen bien arregladas después de pasar por las manos de esta profesional que pese a ser joven lleva muchos años trabajando en esta actividad y formándose continuamente.











Gracias Elena, fue un placer conocerte y charlar contigo.

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