Si imaginamos a un niño pequeño
con sus juguetes seguro que incluiremos un triciclo entre ellos. Especialmente
querido por los chicos, era y sigue siendo un elemento importante en su
desarrollo psicomotor que además de ayudarles a fortalecer las piernas les permitía tener cierta autonomía desde una edad
temprana para explorar las calles, las plazas, los parques. Todos anhelaban
tener uno pero no siempre lo conseguían por ser un juguete algo caro.
Un buen ejemplo de estos
vehículos es el más antiguo y bonito de los que tengo que recuerda
a los viejos caballitos balancines de madera. No puedo datarlo con certeza
aunque calculo que será de los años 30-40. Hay uno parecido en un catálogo de
Galerías Preciados de 1948 pero sin duda mi caballito tiene la cara más simpática
y es más completo.
Su silueta está bien recortada y
fijaros en los detalles de la policromía: las crines doradas, las riendas que
rematan en un lazo y las grandes pestañas ¡sorpresa, es una yegua, no un
caballo! Además me gusta el color rojo del hierro, los puños de madera del
manillar y las ruedas de caucho. Es una pieza muy poco vista que enriquece mi
colección y que estuvo en la exposición que montó Ana (el enlace está abajo).
En el Museo de Juguetes de
Denia (añado abajo el enlace) vi otro
triciclo-caballito, mucho más sencillo. Está datado hacia 1955.
La siguiente pieza también
tiene bastantes años, posiblemente sea de los 40-50 y aun siendo más sencilla
posee mucho encanto. El asiento de madera amarillo se pintó a la trepa
originalmente, no así la parte metálica que parece haber sido repintada de azul.
Las manecillas son de caucho y no de madera, como los pedales. Este triciclo queda
muy bonito con un muñeco montado sobre él.
Vamos al tercero. Cambian las
formas, más modernas y redondeadas y sobre todo cambian los materiales: se
introduce el plástico y el acero galvanizado. Si el hierro ya hacía resistentes
los antiguos triciclos, el galvanizado les dará una apariencia mejor y también
evitará la corrosión del metal, aunque no del todo. Los triciclos
estaban continuamente sobre el suelo, pasando por tierra y recibiendo humedad
así que es normal que hayan llegado hasta nosotros con algunas señales del
tiempo.
De este modelo con asiento rojo
me fijo en el montón de radios que tienen las ruedas, el gracioso timbre que a
los niños nos encantaba tocar una y otra vez y la ergonomía que comienza a
aparecer en estos vehículos infantiles. El asiento y el manillar son
regulables permitiendo que el pequeño pueda jugar con él durante varios años o
bien pasarlo a otros niños, que era lo habitual porque este juguete se
heredaba con frecuencia.
El asiento con tope para no caerse y los pedales azules
son lo que más llama la atención del cuarto triciclo que tiene unas líneas muy
parecidas al anterior. Ambos pueden ser
de finales de los 50 o principios de los 60. Está en muy buen estado para su edad.
Como novedad vemos guardabarros
en sus tres ruedas cuya goma es de color blanca. Dan ganas de subirse en él pero me pilla ya
un poco mayor, je je.
Se hicieron triciclos de este
estilo en muchas empresas de Ibi y de Denia entre otros lugares porque era un
artículo muy popular pero de momento no he conseguido saber quién hizo los míos, hay modelos tan parecidos ...
El último es algo especial.
Su primer dueño nació en 1956, por tanto lo dataré a finales de esa década o
principios de los 60. Ha pasado por tres generaciones de niños, una larga y agitada vida
que se aprecia en los detalles: el asiento parece ser de otro modelo posterior,
el puño negro tampoco parece original y ha perdido casi toda su pintura roja.
Aun así me gusta mucho porque
representa lo que es un juguete en esencia, un elemento para el
disfrute de los más pequeños aunque con el paso de los años los adultos lo
convirtamos en objeto de coleccionismo.
Otro
día os enseñaré más triciclos, no tengo tiempo ahora porque lo he pensado mejor y me voy a dar una
vuelta con ellos. Hasta la vista.
Enlaces
que te pueden interesar:
·
Todas
las fotografías con el nombre de mi blog están hechas por mí. En virtud de la
ley de propiedad intelectual, está prohibido usarlas sin mi consentimiento. Si
las necesitas, ponte en contacto conmigo 😉
·
La imagen en blanco y negro es de TodoColección.
Es una preciosidad, me fascinan los caballitos
ResponderEliminarGracias Mercé, opino como tú, los caballitos tienen algo especial. Un día enseñaré los que tengo de cartón, grandes y pequeños. Un besico.
EliminarQué preciosidad de triciclos, es un juguete maravilloso, me encanta el caballito pero los demás también. Ahora se llevan mucho esas motos pequeñitas que se ven por todas partes (y que mi hija, que tiene 20 años también tuvo) pero yo prefiero los triciclos y el pedaleo (ella también lo prefería)
ResponderEliminarMe ha encantado esta entrada, es uno de mis juguetes infantiles favoritos.
Besos.
Los tiempos cambian y los gustos de los niños también, pero pedalear les sigue gustando a los más pequeños. Quién sabe, quizá en 40 años esas motos gusten mucho a otros coleccionistas, pero yo me también quedo con los queridos triciclos. Un besico, Ilona.
ResponderEliminar