Cualquiera que haya cuidado a un
bebé sabe que son seres angelicales y sonrientes.
Tienen esas caritas redondas con expresiones tranquilas, transmiten paz, vamos, que
dan ganas de tenerlos en los brazos y acunarlos.
Conocedoras de esto las empresas
jugueteras han reproducido hasta la saciedad el ideal de bebito dulce al que otros
niños, los de verdad, cuidan, dan de comer, acuestan.
Y es que son así casi siempre …
pero en cuestión de segundos pueden cambiar de expresión para convertirse en
pequeños diablillos llorones. Da igual si les ofreces leche, les cambias de pañal
o incluso les das un juguete. Están enfadados y te lo hacen saber de forma ruidosa.
Así que hoy os presento a dos ejemplos de
estos muñecos menos apacibles.
El de mayor tamaño es de Florido,
la casa madrileña que me gusta tanto y de la que he hablado en otras
ocasiones. Añadiré algunos enlaces al final con varios muñecos de esta empresa.
Este baby enfadado se fabricó enteramente en Plastisol y se anunciaba en la revista Juegos y Juguetes de
España en 1964. Inusualmente no va marcado como otros de la misma casa y ni siquiera tiene nombre. He
visto muy poquitos como él, quizá la producción fue corta o no fueron muy
exitosos pese a que la compañía apostó claramente por él al anunciarlo en solitario.
Observaréis que el chiquitín de
la imagen publicitaria está perfectamente peinado. Por el contrario el mío, con
el disgusto que lleva, tiene su cabello (más largo) muy alborotado y ha sido
imposible domarlo. El pañal es de origen.
Como dato curioso os cuento que
el sistema de unión no es el habitual en las muñecas españolas donde el cabeza
y cuello se insertan en el cuerpo. En este caso, es la parte superior del tronco la que entra en
la cabeza.
Este detalle me lleva a pensar
que la firma madrileña pudo comprar la patente e incluso los moldes de un muñeco extranjero. Generalmente este sistema se ha
utilizado en el Reino Unido, no sé si también en otros países. No he encontrado un moñaco de estas
características inglés pero sí una italiana de nombre Camilla Strilla parecida de la casa Sebino cuya
imagen añado. Por otra parte no es el único muñeco de Florido con esta
característica.
Pasemos al bebé pequeño, una repro
cerámica que me vistió mi tía Tere. En este caso es un muñequito de dos caras. Quizá
los habréis visto incluso de tres caras. Esta idea de “dos o tres muñecos en
uno” viene de antiguo.
La forma de tener un aspecto u otro es tan sencilla como
hacer girar la cabeza sobre el tronco para que pase de ser un pequeño demonio a
un angelito o viceversa.
Bebés con dos facciones se han frabricando y se siguen haciendo, solo pongo como ejemplo a Berjusín de Berjusa (siguiente fotografía) pero hay varios más en la industria muñequera española. Y desde luego se
han hecho muchos niños llorones, añado a un Tortuga alemán muy similar al
mío y a un pequeñajo japonés que es un mar de lágrimas.
Cierro esta entrada con Titín, protagonista de un cuento. Lo tengo entre mi colección de cuentitos troquelados pero con la tapa estropeada así que tomo una imagen de TC para veáis lo chulo que es y amplío con una mía del interior.
Ayyy, pobre Titín.
Estas antiguas entradas del blog referidas a Florido pueden gustarte, en la primera conocerás a Brisitas, que fue mi entrada al blog (pincha justo AQUÍ ). Conoce a Pompito bañista (pinchando EN ESTE PUNTO) y a sus hermanas, Pompitas orientales (AQUÍ)
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Algunos datos están extraído del libro FLORIDO de Carmen López de Lerma. Muy recomendable.