11 de febrero de 2023

Sindy no sabe qué ponerse hoy

 

No sé qué ponerme, oigo decir en la habitación de las Sindys. Todas las mañanas la misma cantinela; a la hora de vestirse la moña no se decide.


Le pido que mantenga la calma porque seguro que al final se decanta por un modelito u otro.


¿Qué os parece este? Pide consejo a sus mascotas que le acompañan desde en el sillón pero ante su silencio se responde ella solita: No, este vestido es demasiado ligero y está haciendo mucho frío en Londres.


Lo único que de momento tiene claro es el bolso. Ha elegido su preferido, el blanco donde guarda un recuerdo en forma de concha de sus vacaciones en España.


La felicidad está en las cosas pequeñas ¡Ay, el sol español!



Y este rosa ¿os gusta? Se mira y remira en el espejo, parece no tenerlo claro. Sus mascotas siguen sin opinar.




Qué paciencia hay que tener con algunas muñecas. Pues que no le ha convencido ninguno de sus vestidos.


Me parece que me voy a tener que aplicar eso de Keep calm, there is still hope … Mantén la calma, todavía hay esperanza.


Pues eso.

 

Sindy se pasea por el blog con cierta frecuencia, la encontrarás aquí  y también aquí 


¡Estamos celebrando el cumpleaños de Sindy!  Sesenta años tiene está icónica doll inglesa


¿Quieres comentarme algo? estaré encantada de leerte, puedes hacerlo abajo. Aclaraciones, aportaciones y preguntas son bienvenidas

 

Las fotografías de esta entrada están hechas por mí (excepto la última que es de la página de las muñecas Pedigree). En virtud de la ley de la propiedad intelectual está prohibido utilizarlas sin mi consentimiento. Si las necesitas, ponte en contacto conmigo a través de este blog, gracias 😉

5 de febrero de 2023

Muñecas recortables y los mejores abuelos

 

A veces, en fines de semana fríos de invierno, me viene un recuerdo muy bonito de infancia.  Esta evocación se ha repetido en los días pasados y hoy la comparto con vosotros.


¡Qué ordenada era! guardé mis recortables en sobres reutilizados

Estoy revisando mis muñecas recortables. No tengo una gran colección, seguramente ni siquiera se le puede llamar colección pero poniéndola al día he visto que tengo piezas muy bonitas que merecían estar ordenadas.



Una amiga me regaló un libro que me está ayudando en la tarea y en fin, que he pasado unas horas entretenida revolviendo entre las carpetas donde había ido colocando las láminas de papel a lo largo de los años.



Entre todas ellas han aparecido las que tuve de niña. He escuchado a muchas mujeres contar que al crecer ellas sus juguetes acabaron en la basura o fueron regalados a otras pequeñas y ahora añoran haberlos perdido. No fue mi caso, tuve la suerte de que mis padres conservaran casi todas mis cosas y así es como tengo todavía mis moñetas de papel.



No son unos recortables especialmente bonitos ni tienen valor económico alguno pero para mí son de los mejores. Están asociados a mis queridos yayos porque era mi abuela quien me los solía comprar cuando algunos sábados invernales los hermanos íbamos a su casa a dormir ¡nos encantaba!



Lo habitual era hacer una parada en el estanco donde yo elegía una hoja de muñecas y los chicos, una de soldados. Así, bien contentos, pasábamos la tarde junto al hogar, cortando torpemente las figuras y dándoles vida mientras nuestros yayos nos contaban historias de su propia niñez.



El amor de mis abuelos, el calor de la lumbre y las sencillas muñequitas de papel han vuelto a mí de forma dulce al abrir los sobres donde las guardé tiempo atrás. He sonreído al ver los reversos de varias láminas que quedaron sin recortar y que debieron dar muchas vueltas por casa de mis padres ya que detrás hay anotados números de teléfono, nombres de personas y también nuestros garabatos y dibujos.



Sonrío ahora al ver cómo bauticé a algunas de las niñas - Mari Merche se llama una - y me imagino poniendo voces a unas y otras mientras mis hermanos hacían combatir a sus soldados o ponían a desfilar a la guardia civil.




Acabo con dos reflexiones: la primera es que o mis tijeras romas eran muy malas o yo no tenía nada de pericia para recortar, je je. La segunda es que existe un Día internacional de los abuelos pero para mí, todos los días deberían serlo. Gracias, yayos.



Hace un tiempo hablé de un juego que me regaló mi abuela, creo que os gustará volver a verlo aquí


Vestidas de papel es el nombre del libro que estoy utilizando para catalogar mis láminas


 Queda para otra ocasión mostraros el resto de mis recortables donde hay ejemplares desde los años 20 hasta los 90 del siglo pasado


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Las fotografías de esta entrada están hechas por mí. En virtud de la ley de la propiedad intelectual está prohibido utilizarlas sin mi consentimiento. Si las necesitas, ponte en contacto conmigo a través de este blog, gracias 😉