26 de junio de 2017

Una imitación reversible de Pagés-Matarín

En el mundo de las muñecas es frecuente encontrar  copias e imitaciones de todo tipo y las Pagés-Matarín no han sido una excepción. Muchas veces he visto a la venta unas moñas reversibles muy parecidas a las bonitas regionales de las que hablé en la última entrada y hace poco llegó a mis manos una de ellas. Precisamente lleva los trajes de flamenca y canaria como mi otra muñeca, aunque con algunos complementos perdidos,   y tras investigar un poco he dado con su fabricante: se trata de Pan American Store Handycrafts, Marqués de Cubas, Madrid. Osea, Almacén de Artesanía Pan American.








A menudo estas imitaciones se venden como Pagés porque las similitudes son evidentes: ambas son muñecas hechas para ser expuestas y necesitan un buen espacio para lucirse,  reversibles, del mismo tamaño, con idéntica variedad de trajes regionales, muy similares rasgos de la cara. En fin, como hermanas.







Pero basta poner a las dos juntas para descubrir sus diferencias.  Como en el juego, he anotado al menos siete:


En la copia los brazos son más cortos y están peor formados.

También las manos están peor definidas en la imitación.

El cabello de mohair es de peor calidad y menos abundante.

Los rasgos de la cara están peor pintados, la expresión es menos atractiva.

El modelado de la cara es peor, menos definido.

La  calidad de las telas es inferior.

La tela del vestido es más escasa, la falda tiene menos vuelo.


A ver qué otras diferencias podéis sacar. 

15 de junio de 2017

Reversible de Pagés, dos muñecas en una

Si hace poco puse una menorquina hecha por Pagés-Matarín, viajo ahora hasta las Canarias, concretamente a Tenerife donde se encuentra el Teide. Viene todo esto a cuento porque la muñeca doble de tela de hoy  luce, por uno de sus lados, a una joven con el traje típico de  esta isla y por el otro a una sevillana. Se trata de una muñeca decorativa  hecha para el turista que visitaba nuestro país y quizá también en menor medida para el turismo interno.





Estas “dos muñecas en una” que van unidas por la cintura, miden lo mismo que una Pagés-Matarín sola, 24 cms, aunque si contamos el sombrero canario la altura subirá hasta 25,50 cms.  Están confeccionadas en diferentes tipos de tela tanto para el cuerpo como para casi todas las prendas que visten; en fieltro para algunos detalles como el tocado, las flores y el chaleco, y en  mohair en el cabello. 



Los rasgos de las caras están pintados con el sello propio de Pagés, mirada intensa a un lado y boca de labios carnosos, resultando dos muñecas atractivas. Sus trajes regionales están bien confeccionados, con mucha tela para crear las dos faldas que tapen a la otra muñeca que queda escondida; sin embargo se utilizan muchos alfileres para rematar la ropa evitando costes, aspecto muy común en otras moñas.



El precio de salida de fábrica  para este tipo de muñecas dobles era  de entre 17 y 24,50 pesetas, dependiendo del modelo. A esto habría que añadir el incremento que pondría la tienda donde se vendieran.


Este modelo de muñeca doble o reversible (muy conocido también por su nombre en inglés, topsy turvy) lo hizo Pagés-Matarín en distintos modelos regionales, aunque el de sevillana fue el más popular. En algunas ocasiones, las menos, una de las muñecas era regional y por el otro lado iba vestida de calle.
Sin duda es una muñeca bonita para cualquier coleccionista. 

11 de junio de 2017

Risitas de FAMOSA se quita el sayo

Haciendo caso al refrán, hoy cuarenta de mayo (o diez de junio según se mire), mi pareja de Risitas se ha quitado el sayo y se ha puesto a comer helados, porque las altas temperaturas así lo piden.


Estos pequeños de FAMOSA solo miden 20 cms y salieron al mercado en la segunda mitad de los años 60 con cara de alegres y pillos al mismo tiempo. Ojos pintados, pelo implantado y rebelde que no hay forma de peinar, llevan su ropa original y el helado unido a la mano. Otros Risitas aparecieron con abanico, guitarra, espejo u otros accesorios. 
Del carrito que aparece detrás hablaré otro día porque en el momento de fotografiarlo, el burrito que lo lleva se cansó de esperar y desapareció (pero ya ha vuelto al redil).