29 de septiembre de 2020

Explorando otros mercadillos

Tengo mono de mercadillo, me dice una amiga coleccionista de muñecas que hace meses no visita uno. Entre que muchos rastros todavía están cerrados o a medio gas, que lo de ir a una feria de antigüedades no está muy claro y que en otros momentos no hay ganas … y es que hacernos a esta nueva normalidad, con la situación actual, cuesta. Por otra parte entendemos que de forma muy responsable tenemos que seguir con nuestras rutinas, trabajos y estudios, salir cuándo y por dónde se pueda, apoyar comercios y servicios, cuidar nuestra mente (por descontado nuestra salud física y la de los demás).



Con esto en la cabeza estuve hace unos días en un pequeño mercadillo en Las Rozas en Madrid. Me caía a un paso y me acerqué a echar un vistazo. Al parecer se celebra el tercer domingo de cada mes aunque en esta ocasión se había cancelado por mal tiempo y se pospuso al cuarto.




Se ubicaba al aire libre en el centro de una avenida, bien organizado para mantener separados los puestos y a las personas. Entre lo expuesto había mobiliario, objetos decorativos, coleccionables y curiosos de todo tipo, cámaras fotográficas, esculturas y pinturas, miniaturas, cómics y álbumes de cromos, bisutería, aperos antiguos agrícolas y objetos variados vintage. Me hace mucha gracia esta palabra que ha pasado a utilizarse para todo lo que antes hubiéramos llamado “viejo sin ser antiguo” pero parece que queda mejor decirlo en francés.



Juguetes originales había pocos aunque me hubiera traído a casa varios. Reproducciones de hojalata vi algunas más. Los antiguos de la fotografía me gustaron mucho. Moñas apenas encontré, algunas de los años 60-70 y bastantes de cerámica de reproducción, casi ninguna me interesó.







Un señor vendía estos cortes de madera que me parecieron decorativos y chulos para hacer algún proyecto con ellos. En otro puesto unas señoras restauraban muebles. Más allá, la concha marina y el busto de Ramón y Cajal me recordaron los evocadores gabinetes de curiosidades.







Despertó mi atención un jeep militar y fui a ver de qué se trataba. Pertenecía a un grupo de recreacionismo llamado Codex Belix cuyos miembros me explicaron un montón de cosas interesantes. Se me fueron los ojos a las reproducciones de libros miniados, cartas y documentos antiguos que el soldado medieval de la imagen  (bueno, el señor que había bajo esa indumentaria) hacía en escritura gótica y carolingia. Fue muy amable respondiendo a mis numerosas preguntas sobre las tintas, los soportes (papel, pergamino, vitela), la historia real de los documentos originales, etc.  Es que saber hacer estos tipos de letras, los dibujos miniados que decoran las mayúsculas al inicio de las hojas y las filigranas que a veces las embellecen me parece un arte. Disfruté mucho escuchando y aprendiendo.






Otros miembros del grupo posaron con uniformes de épocas pasadas que nos hablan de nuestra historia y la de otros países. Seguro que reconocéis varios de esos atuendos.





Compré muy poco. Unas mascarillas de tela que se han convertido en nuestras compañeras inseparables, quién nos lo iba a decir. Las vendían unas voluntarias de Cáritas simpáticas y entusiastas. En otro puesto encontré unas revistas de TP de finales de septiembre de 1969 (hace justo justo cincuenta y un años) que costaban la friolera de cinco pesetas. Leo que Teleprograma o TP nació en 1966 y aún existe.


Y también compré un burrito de plástico que es el icono publicitario de las sábanas El Burrito Blanco, una empresa barcelonesa fundada en 1950 que sigue en activo y que por cierto, también hace mascarillas según veo en su página web. Cuántos cambios en nuestras vidas ¿verdad?

Cuidaos mucho, hasta pronto.

 


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* Todas las fotografías con el nombre de mi blog están hechas por mí. En virtud de la ley de propiedad intelectual, está prohibido usarlas sin mi consentimiento. Si las necesitas, ponte en contacto conmigo 😉

* La última imagen es del portal de Todo Colección.


18 de septiembre de 2020

San Fermín en septiembre

 

Los juguetes pertenecen a un mundo imaginario donde cualquier cosa es posible, incluso se puede asistir a una fiesta como la de los Sanfermines en pleno septiembre.


Ya sabemos que en este año tan raro se han suspendido las celebraciones. Muchas familias se han visto afectadas y se impone el sentido común de todos para que al que viene sí que podamos reunirnos y celebrar. Mientras tanto hay algunos muñecos que han decidido hacer de las suyas.


Por partes. Hace unos días encontré en casa esta reproducción  metálica de un antiguo cartel de las Grandes Fiestas  y Ferias de San Fermín 1920, hace justo un siglo.  Mi parejita de terracota ya empezó a echar a volar la imaginación …


Les gusta jugar con sus toricos de mentira y entrenarse corriendo delante de los cabezudos o kililis, como los conocen en Pamplona,  igual que esos niños representados en la pintura. Pero lo que ellos quieren es correr de verdad en el encierro.


Y así sueñan que son mayores y acuden a la capital navarra a participar en el encierro. Salen de los corrales de Santo Domingo y suben hasta la Plaza Consistorial. Giran en la Calle Mercaderes y apurando el ritmo – notan el aliento de los toros muy cerca – llegan a Estafeta. Los 849 metros del recorrido se hacen eternos cuando tienes a esos bichos detrás.


Menos mal que los cabestros dan menos miedo, pero los cuernos son los cuernos ¡hay que apurarse para llegar hasta el Callejón de la plaza de Toros!


Venga, ya casi, un poquico más y estáis dentro de la plaza.


Bueno, qué nervios se pasan viendo un encierro, cómo debe ser correrlo de verdad. Mejor ni lo pienso y me centro en mirar el antiguo cartel. Es obra del pintor pamplonés Joaquín Ciga y me fijo en que los niños no llevan el conocido traje blanco con fajín, boina y pañoleta roja, que sería introducido algunos años después.  Eso sí, casi todos calzan alpargatas y solo el marinerito lleva zapatos. Muchos zagales visten blusón para no ensuciar su ropa y usan boina, un complemento que era común en varias regiones del norte del país,  aunque ahora quede relegado a los más mayores. Nunca he visto a un niño llevándola ¿y vosotros?


Tengo que dejaros, que veo a este pequeño de Toyse mirando el cartel y me da que también quiere sumarse al encierro de San Fermín.

Adiós / Agur.


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· http://misjuguetesymognas.blogspot.com/2016/10/monas-monetas-munecas-pepas-y-peponas_21.html

http://misjuguetesymognas.blogspot.com/2018/07/el-carrico-del-helao.html