30 de octubre de 2019

Pierrots, clowns, payasos


Creo que lo que más me gusta del coleccionismo de muñecas y juguetes, al margen de la belleza de las propias piezas,  es descubrir aspectos que aparentemente no están relacionados con ellas y que sin embargo se entrelazan.  Al preparar esta entrada encuentro información relacionada con el arte, un tema que me interesa especialmente.



Hace unos meses compré este antiguo payaso de solo 27 cms de altura con cabeza de porcelana,  ojos de cristal y pelo de mohair. El cuerpo se hizo en una composición que parece llevar serrín o polvo de madera. Parte de su ropa se deshilachaba entre mis manos y tuvo que ser sustituida, pero casi toda es original.  Va numerado en la nuca, 12/0.





Regresé a casa contenta, me gustaba su tamaño pequeño y su temática. Rápidamente busqué los otros payasos, clowns o Pierrots que tenía, de diferentes épocas, materiales y medidas. Los trataré de  describir por antigüedad aunque no puedo datarlos con precisión. 

Parecidos al segundo que muestro ahora se hicieron en Alemania en los años 20 del pasado siglo. Con una altura de 36 cms, la cabeza y las pequeñas manos son cerámicas, el cuerpo está relleno de paja y su vestimenta de origen es blanca, el color que mejor define a esta figura teatral.



Pierrot nace en la Commedia dell’Arte italiana del siglo XVI como alguien astuto e irónico, rasgos que irá perdiendo con el paso de los años para acabar convirtiéndose en un ser triste, víctima del amor no correspondido de Colombina que ama a Arlequín. Se le conocerá como “Payaso blanco, Carablanca y Enharinado” y será el precedente del clown taciturno que está enamorado de la luna.



Se acompaña de un juego de cilindros de apilar de cartón con temática circense y fabricante desconocido, quizá norteamericano.  Los dibujos que tiene son muy simpáticos.





Una pintura del aragonés Francisco de Goya “Los cómicos ambulantes” (1793) que se conserva en el Museo del Prado los tiene como protagonistas: a la izquierda Arlequín, y Pierrot y Colombina en el centro del escenario. Muchos otros pintores hicieron sus propias interpretaciones de estos personajes.



Posiblemente el tercer payasito nació en los años 30. La cabeza de cartón y el cuerpo de madera nos hablan de un juguete musical sencillo que mediante presión hace chocar los platillos. De fabricación española debió ser bastante común porque se ven con cierta frecuencia. Al pobre se le nota el paso de los años, ha sido muy jugado, me parece encantador. Mide 28 cms.





Vamos a por el cuarto, de los años 80 y marcado Mayfair Products England. Cabeza y manos de goma vinilo y cuerpo de tela. Es el más alto, 47 cms.



Junto a él, el quinto y último. Lo tengo desde hace muchos años, fue un regalo de alguien querido. Fabricado en cerámica por la empresa Fanás de Zaragoza es, junto al inglés, el más moderno y también el que mejor representa la idea del actual Pierrot, con el gorrito negro y el aspecto triste.

Este tipo de muñecos decorativos tuvieron mucho éxito en los años 80-90 y era habitual verlos en las habitaciones de las chicas, quizá como versión actualizada de los lánguidos boudoirs. Son muñecos funcionales, hechos para ser vistos y expuestos más que para ser jugados. 
Con ellos me quedo, hasta la siguiente entrada.


·        Todas las fotografías con el nombre de mi blog están hechas por mí. En virtud de la Ley de Propiedad Intelectual, está prohibido usarlas sin mi consentimiento. Si las necesitas, ponte en contacto conmigo 😉


·        La imagen de la pintura de Goya es la de página del Museo del Prado.




4 comentarios:

  1. Hola Cuca, a mi me dan un poco de miedo los payasos, recuerdo uno en casa de una tía mía que siempre estaba encima de una cama y me daba la impresión de que me miraba amenazadoramente cuando iba de visita. Lo que me gusta es el juego de cilindros. El circo me gusta mucho, y su estética también, pero los payasos me dan un poco de impresión dependiendo del maquillaje que usen.
    El cuadro de Goya, una belleza.
    Besos.

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  2. No te falta razón, Ilona, los payasos producen muchas veces atracción y rechazo al mismo tiempo. Esas caras pintadas parece que en ocasiones esconden algo malo (no hay más que ver al famoso Jocker que ahora arrasa en taquilla. Sin embargo también les veo una parte atractiva y sin ser mis muñecos favoritos, me gustan. Cierto que la temática circense es muy llamativa, tantos colores, personajes variopintos y posiblemente buenos recuerdos infantiles asociados al circo. La pintura de Goya ha sido un descubrimiento que me encantó, hay montones de juguetes relacionados con el arte, otro día hablaré más de Goya, ya verás cuánto da de sí este pintor. Un besico.

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  3. Hola tengo un pallaso su rostro parese real ,su rrelleno es de paja ,su ropa es muy gruesa y es grande ,asusta un poko no se sisera antiguo , capas no 😅

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    1. Uy, uy, uyyy, parece que hay bastantes personas a quienes asustan ciertos payasos y es que, a veces, hasta los muñecos payasos son un poco inquietantes y sin embargo muchos niños los adoran. Así de grande y variado es el mundo de los juguetes.

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