31 de julio de 2021

La casita de Blancanieves existe y está en Huesca

 

Imagina que paseas distraídamente por el parque de una pequeña ciudad y de pronto te topas con algo grande, colorido e inesperado. Es como una visión en medio de la frondosidad, parecida a la que debieron sentir los hermanos Hansel y Gretel al encontrar en un claro del bosque la casita de chocolate.


Bueno, lo tuyo ni es dulce ni se come pero sí procede de un cuento. Es la casita de los Siete Enanitos y su amiga Blancanieves.


Sorprendido ¿no? Pues existe y está en el parque Miguel Servet de Huesca, uno de los parques más antiguos de la ciudad. Te voy a contar algunas curiosidades de este lugar.


Para empezar, no sé a quién se le ocurrió la idea de construir esta reproducción de la famosa morada de los enanitos. Se hizo en 1947 bajo el mandato del alcalde José María Lacasa. Sabemos que la película de Disney, donde se popularizó esta original construcción,  es de 1937 aunque el cuento ya había sido recogido por los hermanos Grimm más de un siglo antes.


Otra cosa curiosa. Se la conoce como Casita de Blancanieves pero me hace notar una amiga que la princesita no era la propietaria sino que  vino a ser una okupa. La joven entró sin permiso y se quedó a vivir un tiempo allí. A su favor diremos que nada más llegar y ver el interior se puso a limpiar la pocilga que ocupaban los famosos siete mineros que dedicaban poco tiempo a las tareas del hogar. El lucrativo negocio de encontrar piedras preciosas les tenía muy ocupados.


Al contrario que en el cuento, todo está limpio y ordenado y no porque Snow White  haya pasado la escoba sino porque las monitoras lo atienden y desinfectan, libros incluidos.


La vivienda tiene casi 75 años y siempre ha estado dedicada a los niños ¿conocéis alguna biblioteca infantil tan encantadora como esta? Lo malo es que solo abre algunos días al año, en horario reducido. Si vais por Huesca y deseáis visitarla, podéis preguntar antes en la oficina de turismo. Por cierto,  que a solo cinco minutos a pie encontraréis el interesante Museo Pedagógico, os animo a conocerlo aquí y también pinchando aquí

Volviendo a la casita de cuento, la tarde que tomé las fotografías estaba abierta. Debido al covid los niños solo entran ahora unos minutos para elegir sus libros y salen a leerlos al exterior sentados sobre la hierba, en una silla o en un banco: un plan estupendo para ellos y sus padres. No queda claro quién disfruta más.


Me hubiera gustado ver las ventanas abiertas para reproducir la famosa escena de la ventana: la bruja con su cesta de manzanas y la inocente Blanca Nieves eligiendo una. Confío en que otra vez será…



En el exterior, un pequeño mural cerámico y un medallón homenajean a Walt Disney mientras que una bicicleta infantil nos indica que ahora la casita la visitan otros pequeñines. La historia solo ha cambiado un poco.



Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.


* ¿Quieres comentarme algo? estaré encantada de leerte, puedes hacerlo abajo. Aclaraciones, aportaciones y preguntas son bienvenidas. 

* Las fotografías de esta entrada están hechas por mí. En virtud de la ley de propiedad intelectual está prohibido usarlas sin mi consentimiento. Si las necesitas, ponte en contacto conmigo 😉