30 de septiembre de 2018

Muñeca Cayetana tienes nombre de duquesa


A mediados de los años 40 reinaba en el mercado muñequero español la famosa Mariquita Pérez pero varias competidoras trataban de hacerse un hueco. Las más conocidas eran Gisela y Cayetana y de esta última hablaré hoy.



El creador de Cayetana se inspiró en la joven Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, futura XVIII duquesa del conocido linaje Alba y Tormes que llegaría a apadrinarla. Pocas muñecas españolas se han basado en personajes reales y sin duda fue un acierto por parte de  Industrias Diana hacerlo con esta muñeca que tuvo mucho éxito durante los casi veinte años en que fue fabricada. Por supuesto a lo largo de las dos décadas cambió mucho en cuanto a materiales, medidas, expresión facial, forma del cuerpo, vestuario e incluso edad pero siempre mantuvo una gran elegancia. Mis dos Cayetanas corresponden al sexto modelo, hecho a mitad de los cincuenta. Posteriormente se fabricaría un séptimo y hasta un octavo, los tres últimos en la recién creada FAMOSA y ya con materiales mucho más modernos.



Con una altura de 47 cms representa a una jovencita estilizada, sonriente y guapa en contraposición a las primeras Cayetanas más regordetas e infantiles. Articula la cintura además de la cabeza y las extremidades y lleva sonoro o llorón. Está hecha toda en poliestireno aunque he visto algunas negritas cuya cabeza es de este material y el cuerpo de cartón-piedra, bien terminado. Pensemos que esta década fue la del final de la  transición del cartón a los diferentes plásticos y los fabricantes tuvieron que hacer muchos cambios en sus industrias para adaptarse a los nuevos tiempos. Reitero que el material es poliestireno porque con frecuencia se confunde este compuesto con el celuloide, mucho más quebradizo y frágil y que para entonces estaba  en desuso.   El cabello es natural en distintos colores generalmente rubio, castaño, rojizo y negro para las étnicas y los ojos también de distintos tonos, flirty, con una mirada  curiosa y atractiva, tan característica que se le reconoce con facilidad. Destaca su boca abierta mostrando algunos dientes y el dibujo de sus cejas.



 A lo largo de su historia las Cayetanas tuvieron un vestuario amplísimo con muchos detalles y complementos realizados con mimo, incluso llegaron a tener su propia canción que sonaba en la radio como reclamo publicitario: “Muñeca Cayetana tienes nombre de duquesa” y con ese título nobiliario es como también  se la conoce entre los coleccionistas. Las encontramos vestidas de calle, de época con pelucas de rayón a veces rubio platino y otras de colores, con trajes regionales, algunas a punto de hacer la comunión y son también muy frecuentes las indias (cuyas ropas en piel se tiñen de muchos colores) y menos las hawainas de piel más oscura y las mulatas, como la que vemos abajo con faldellín azulón y pie de cartón piedra. Manolín era su hermano, un bebé que se hizo en varios tamaños y que aparece siempre sentado.






Hasta aquí los datos generales, y  ahora  los  particulares  de mi pareja porque por supuesto tienen su historia y quieren contarla: la primera vez que tuve una Cayetana en mis manos fue cuando conocí a Belter Rico, nieta del fundador de Industrias Diana, don Isidro Rico Miralles. Me encantó esta jovencita tan fina y verla con su ropa original en manos de Belter fue un privilegio. Le hice unas fotografías y hace unos días, cuando le pedí permiso para poner una de ellas en esta entrada no solo me lo dio sino que  me envió más imágenes de la segunda Cayetana que conserva, con su traje de amazona. Ambas muñecas son como las mías y corresponden a la época en que su padre, Isidro Rico Juan pasaba de ser el presidente de  la empresa familiar Diana a formar parte de la recién creada FAMOSA en calidad de accionista, presidente y director general. Por tanto estas moñas las fabricó FAMOSA pero todavía mantuvieron el sello de Diana y vemos en las cajas ambos nombres.





Poco después llegó la primera de mis muñecas, en buen estado pero necesitada de ropa y calzado. Acudió en mi ayuda Ana, que con una tela antigua que me había regalado una señora querida, Pilar,  le hizo un vestidito de verano muy apropiado para una joven tan coqueta. El abanico de bolillo fue obra de tía Pepa y nombro a varias mujeres porque mi colección se va formando con la ayuda de muchas personas y a todas ellas se lo agradezco.



La india apareció por whatsapp, mi tía Tere la vió y pensó en mí, acordó la compra y después le arregló su vestido y la mejoró. Es toda original excepto las sandalias. El corte de pelo es de media melena pero también la vemos a menudo con dos trenzas. Y como he dicho, el vestido de cuero aparece en una gran variedad de colores: azul, verde, anaranjado, rojizo, mostaza, gris, a juego con el cinturón, la cinta del pelo y las sandalias, todo en piel y con bordados que varían un poco. Lleva pendientes en forma de aro  y la he puesto con otra de mis indias, una Reliable canadiense de solo 20 cms de altura, ya sabéis que toda muñeca necesita tener su propia moñeta.







Y por último algunas imágenes antiguas que ayudan a conocer mejor nuestra historia del juguete. La primera es de un catálogo de 1958, abajo aparecen en los extremos dos Cayetanas que pertenecen a la siguiente generación, así vemos que ambos modelos convivieron  durante un tiempo. La siguiente son varias fotografías que los representantes de la empresa mostraban a los compradores, eran los catálogos de la época. Esta extraída del libro de Salud Amores Las muñecas de FAMOSA se dirigen (1958-1969) que una vez más recomiendo. La tercera es un fragmento de una factura de Industrias Diana que pongo como curiosidad porque el logo de la diosa romana, acompañada de su arco y de su perro, me resulta muy evocador y también la tipología de las letras me gusta mucho. Para terminar, la etiqueta de una de las cajas (atención al detalle de la corona sobre la C de Cayetana dejando claro que pertenece a la nobleza)  y otra caja muy colorida en cuya portada vemos a una muñeca anterior pero que también fue utilizada para este modelo en poliestireno.
Hasta otro día. Sigamos investigando y jugando con nuestras moñas.


Las imágenes con el nombre del blog "mis juguetes y moñas" son mías y de Belter Rico, el resto son del portal TodoColección.












     


5 de septiembre de 2018

Un comercio de comestibles en miniatura


Preparando la entrada de esta antigua tiendecita en miniatura pienso en lo mucho que han cambiado los comercios y nuestra forma de comprar. Las pequeñas tiendas de barrio, antes llamadas ultramarinos o comestibles, han desaparecido casi totalmente dando paso a los supermercados. Si antes se iba a comprar casi cada día en pequeñas cantidades ahora lo hacemos semanalmente llenando nuestros carros con cosas que muchas veces no necesitamos.



No digo que cualquier tiempo pasado fuera mejor, que no lo era en muchos aspectos, pero tampoco es que ahora lo hagamos todo bien. Compramos más de la cuenta y  tiramos muchos productos,  acumulando además plásticos y deshechos por todas partes. Y no sucedía lo mismo cuando se compraba en las tiendecitas pequeñas donde el surtido era muy pequeño pero satisfacía las necesidades de una familia.  Solo hay que ver mi comercio, tan pequeño y coqueto pero con un poco de todo.



No he podido identificar el origen de este juguete, posiblemente sea de la zona levantina y de los años 40-50. La estructura y el mostrador son de madera de no muy buena calidad, parcialmente forrada en papel tanto en los frontales como en el suelo imitando la decoración de las paredes y los azulejos del pavimento. El cartelito de “comercio de comestibles” parece sacado de una factura o de un sobre de un comercio real.



Llegó a mí vacío y lo he completado con cositas que tenía entre mis juguetes, de procedencia de lo más diversa. Las latas de Cola Cao y de Gallina Blanca son de papel metalizado en el interior, modernas. Dentro están los sobres de cacao, hechos con gran detalle. Las de la Lechera eran antiguos llaveros. La caja registradora metálica es de Playme, de los 70,  y la balanza tiene ya sus años, de un plástico que se ve viejito.  El tarro de los anises de colores (también para los niños había algo apetitoso en estas tiendas) es de cristal, así como la aceitera, la vinagrera y el bote del arroz.





Los cántaros de los extremos son de cerámica y los compré en el Rastro de Madrid y la barra de pan es real … aunque muy dura. Detrás de la caja registradora se adivinan unas bolsitas de papel marrón donde la tendera meterá las legumbres y otros productos comprados a granel con la palita metálica que vemos sobre el mostrador. Otros comestibles irán envueltos en los papeles blancos que están colgados de unos pequeños clavos porque en esta tienda no se admiten bolsas de plástico y todos los clientes acuden con sus cestas o sus bolsas de tela.



¿Jugamos a que compramos de forma más responsable?