Un comercio de comestibles en miniatura
Preparando la entrada de esta antigua tiendecita en miniatura pienso en lo
mucho que han cambiado los comercios y nuestra forma de comprar. Las pequeñas
tiendas de barrio, antes llamadas ultramarinos o comestibles, han desaparecido
casi totalmente dando paso a los supermercados. Si antes se iba a comprar casi
cada día en pequeñas cantidades ahora
lo hacemos semanalmente llenando nuestros carros con cosas que muchas veces no
necesitamos.
No digo que cualquier tiempo pasado fuera mejor, que no lo era en muchos
aspectos, pero tampoco es que ahora lo hagamos todo bien. Compramos más de la
cuenta y tiramos muchos productos, acumulando además plásticos y deshechos por
todas partes. Y no sucedía lo mismo cuando se compraba en las tiendecitas
pequeñas donde el surtido era muy pequeño pero satisfacía las necesidades de
una familia. Solo hay que ver mi
comercio, tan pequeño y coqueto pero con un poco de todo.
No he podido identificar el origen de este juguete, posiblemente sea de la
zona levantina y de los años 40-50. La estructura y el mostrador son de madera
de no muy buena calidad, parcialmente forrada en papel tanto en los frontales
como en el suelo imitando la decoración de las paredes y los azulejos del pavimento. El cartelito de “comercio de comestibles” parece sacado de una factura o de un
sobre de un comercio real.
Llegó a mí vacío y lo he completado con cositas que tenía entre mis
juguetes, de procedencia de lo más diversa. Las latas de Cola Cao y de Gallina
Blanca son de papel metalizado en el interior, modernas. Dentro están los
sobres de cacao, hechos con gran detalle. Las de la Lechera eran antiguos
llaveros. La caja registradora metálica es de Playme, de los 70, y la balanza tiene ya sus años, de un
plástico que se ve viejito. El tarro de
los anises de colores (también para los niños había algo apetitoso en estas
tiendas) es de cristal, así como la aceitera, la vinagrera y el bote del arroz.
Los cántaros de los extremos son de cerámica y los compré en el Rastro de
Madrid y la barra de pan es real … aunque muy dura. Detrás de la caja
registradora se adivinan unas bolsitas de papel marrón donde la tendera meterá
las legumbres y otros productos comprados a granel con la palita metálica que
vemos sobre el mostrador. Otros comestibles irán envueltos en los papeles
blancos que están colgados de unos pequeños clavos porque en esta tienda no se
admiten bolsas de plástico y todos los clientes acuden con sus cestas o sus
bolsas de tela.
¿Jugamos a que compramos de forma más responsable?
Preciosa tu tienda antigua!
ResponderEliminarCuanto detalle tiene.
^_^
Gracias Minia Turas, cuánto me alegro que te guste, para mí es un juguete muy especial, estas cosas pequeñitas tienen tanto encanto... Un abrazo de Mis Juguetes y Moñas.
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