Creo que lo que más me gusta
del coleccionismo de muñecas y juguetes, al margen de la belleza de las propias
piezas, es descubrir aspectos que
aparentemente no están relacionados con ellas y que sin embargo se entrelazan. Al preparar esta entrada encuentro información
relacionada con el arte, un tema que me interesa especialmente.
Hace unos meses compré este antiguo
payaso de solo 27 cms de altura con cabeza de porcelana, ojos de cristal y pelo de mohair. El cuerpo se
hizo en una composición que parece llevar serrín o polvo de madera. Parte de su
ropa se deshilachaba entre mis manos y tuvo que ser sustituida, pero casi toda
es original. Va numerado en la nuca,
12/0.
Regresé a casa contenta, me
gustaba su tamaño pequeño y su temática. Rápidamente busqué los otros payasos,
clowns o Pierrots que tenía, de diferentes épocas, materiales y medidas. Los
trataré de describir por antigüedad
aunque no puedo datarlos con precisión.
Parecidos al segundo que muestro ahora se
hicieron en Alemania en los años 20 del pasado siglo. Con una altura de 36 cms,
la cabeza y las pequeñas manos son cerámicas, el cuerpo está relleno de paja y
su vestimenta de origen es blanca, el color que mejor define a esta figura
teatral.
Pierrot nace en la Commedia dell’Arte italiana del siglo
XVI como alguien astuto e irónico, rasgos que irá perdiendo con el paso de los
años para acabar convirtiéndose en un ser triste, víctima del amor no
correspondido de Colombina que ama a Arlequín. Se le conocerá como “Payaso
blanco, Carablanca y Enharinado” y será el precedente del clown taciturno que está
enamorado de la luna.
Se acompaña de un juego de cilindros de apilar de cartón con temática circense y fabricante
desconocido, quizá norteamericano. Los
dibujos que tiene son muy simpáticos.
Una pintura del aragonés
Francisco de Goya “Los cómicos
ambulantes” (1793) que se conserva en el Museo del Prado los tiene como protagonistas:
a la izquierda Arlequín, y Pierrot y Colombina en el centro del escenario.
Muchos otros pintores hicieron sus propias interpretaciones de estos
personajes.
Posiblemente el tercer payasito
nació en los años 30. La cabeza de cartón y el cuerpo de madera nos hablan de
un juguete musical sencillo que mediante presión hace chocar los platillos. De
fabricación española debió ser bastante común porque se ven con cierta
frecuencia. Al pobre se le nota el paso de los años, ha sido muy jugado, me parece encantador. Mide 28 cms.
Vamos a por el cuarto, de los
años 80 y marcado Mayfair Products England.
Cabeza y manos de goma vinilo y cuerpo de tela. Es el más alto, 47
cms.
Junto a él, el quinto y último. Lo tengo
desde hace muchos años, fue un regalo de alguien querido. Fabricado en cerámica por la empresa Fanás de Zaragoza es, junto al inglés, el más moderno y
también el que mejor representa la idea del actual Pierrot, con el gorrito
negro y el aspecto triste.
Este tipo de muñecos
decorativos tuvieron mucho éxito en los años 80-90 y era habitual verlos en las
habitaciones de las chicas, quizá como versión actualizada de los lánguidos boudoirs. Son muñecos funcionales,
hechos para ser vistos y expuestos más que para ser jugados.
Con ellos me quedo, hasta la siguiente entrada.
Con ellos me quedo, hasta la siguiente entrada.
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La
imagen de la pintura de Goya es la de página del Museo del Prado.