Recoger palitos o pequeñas piedras, apilarlos e
intentar hacer una estructura con ellos es algo natural en los niños. Todos,
alguna vez, nos hemos metido en una caja de cartón o hemos dispuesto las sillas del
comedor de una forma determinada simulando que era el hogar de nuestras muñecas
o un garaje para nuestros coches de juguete. Parece que durante la infancia llevamos un
arquitecto dentro y nos encanta diseñar edificios. Quizá alguna vocación para
ser constructor, ingeniero a arquitecto surgió de aquí.
Al parecer fue en Alemania en
el siglo XIX cuando se empezaron a hacer estos juegos de construcción al
entender que a través de ellos se podían transmitir diferentes enseñanzas a los
pequeños. La idea tuvo mucho éxito y lo sigue teniendo, tal es así que estos entretenimientos han evolucionado pero se siguen vendiendo.
Vamos a ver los que tengo en
mi colección: el primero es el más antiguo, parece de principios del siglo XX.
Se conserva en su caja original de madera. En la litografía vemos a varios
niños que juegan a construir, bajo ellos pone, traducido, sistema
modular suizo. Algunas de las piezas
son muy curiosas, fijaros en las dos ventanas, la parte interior es de cristal
con unas cortinas verdes pintadas y otras piezas están forradas con papeles vistosos. Cuánto cuidado pondrían sus dueños para que no se hayan roto.
El siguiente también tiene sus
años. Se trata de una caja pequeña de
cartón con piezas planas de madera que se unen una a otra, lo explica su título
en inglés nuevos bloques de construcción
entrelazados. No puede ser más británico, en el centro de la tapa aparece
el famoso puente de la Torre de Londres, pero resulta que el juguete no se hizo
allí sino en Alemania, como consta en letra muy pequeña en la litografía.
Pasamos a la tercera que ya se
asemeja más a las que he conocido siempre. La madera está teñida, se combinan
formas cilíndricas con otras en arco, rectángulos, cuadrados, etc. El interior
de la caja lleva marcado el dibujo para que el niño coloque cada pieza en su
lugar preciso y en una esquina vemos la marca CP SA, de momento no sé a qué
empresa corresponde. Años 30-40.
A tener en cuenta el bonito
diseño de las letras ARQUITECTURA POPULAR y algo que me parece entrañable, el
cosido hecho por una madre o abuela para unir los bordes de la tapa rotos. Esta clase
de detalles nos acercan a los niños que fueron sus dueños y son las huellas de
una larga vida, la de un pasatiempo que pese a ser sencillo se quería y cuidaba.
El interior del cuarto es muy
similar al anterior, prácticamente son iguales por dentro y es que estos
juguetes se perpetuaban en el tiempo con pocas variantes. ESTUDIOS DE
ARQUITECTURA nos muestra a dos jovencitos que juegan felices en una terraza, visten el clásico pantalón corto con unos originales calcetines y sonríen
satisfechos mientras construyen un edificio.
Hay una historia bonita que
quiero contaros. Recibí este juguete como regalo de un amigo, un señor ya
mayor. A su vez él lo recibió siendo niño, allá por los años 40, de un tío suyo
que dejó una dedicatoria cariñosa escrita en la parte interior de la tapa de
cartón. En ella le dice que quizá se anime a ser albañil y que podrá construirle
una casa. Guárdalo mucho, añade. Así
lo hizo Angelito, como lo llamaban de zagal. Han pasado más de setenta años y su Estudio de Arquitectura sigue en uso.
Ana ha querido contribuir a
esta entrada de juegos de arquitectura con su caja de madera de origen
francés. Desde luego las piezas se ven distintas a las nacionales, algunas
forradas en papel y con un aire fresco que traen los toldos a rayas rojas y
blancas y las macetas con flores. Los niños debieron disfrutarlo durante horas.
Cambio de época, llegan los años
70 y la japonesa Candy aparece en nuestras vidas a través de la televisión ¿no
os parece que la niña de esta caja se le parece mucho? Pero resulta que estos BABY
BLOCKS se hicieron en China y por si no fuera bastante exótico echad un
vistazo a las formas y a los colores. Una explosión de tonos brillantes y orientalismo,
una chulada.
Por supuesto mis hermanos y yo tuvimos nuestro juego de construcción del que conservamos muchas piezas sueltas
teñidas aunque no la caja. Nos divertimos muchas veces con estas maderitas en los días invernales cuando salíamos poco a la calle.
Las he fotografiado con unos niños
que desde la portada de un libro de matemáticas nos enseñan a diferenciar las figuras
geométricas, conocimiento indispensable que adquirimos en el
colegio.
Y como no todos los juguetes se
compraban, al revisar entre mis cosas han salido también estos recortes de madera que se incorporaron a nuestros entretenimientos, restos de nos darían en la carpintería. Entre
las manchas de pintura y el dibujo veo pasar una parte feliz de nuestra
infancia.
Hombre, aquí está Cuca Cape con
su puzzle mini de madera (así se llama) de la casa holandesa Kikkerland Design, parece una caja de cerillas.
¿Os gusta el tema y queréis
profundizar? Hay un libro que os puede interesar “Historia de los Juguetes de Construcción” de Juan Bordes, escultor
y doctor arquitecto. No lo tengo pero lo que he leído invita a continuar.
Unos sellos de juegos de arquitectura del Reino Unido y de Luxemburgo cierran esta entrada y le dan una dimensión todavía más internacional
a este juego clásico que parece haberse hecho en todas partes. Y tú ¿también jugaste
con uno?
Tenían que ser los alemanes los inventores de los juegos de construcción, les va como anillo al dedo :-D
ResponderEliminarA mí me encantan, de niña hubo varios en casa, aunque creo que eran más de mi hermano que míos, y cuando mis hijos han sido pequeños también han tenido varios. El pequeñito de Cuca Cape me parece una ternura, tengo que hacerme con alguno de pequeña escala para mis Leslys.
Creo que son de lo mejor con lo que puede jugar un niño, sean más sencillos o algo más sofisticados, y si el material es de madera mucho mejor, los hay verdaderamente preciosos.
Curioso me parece el libro, desde luego cuando se dice que todo está en los libros no se exagera nada, si hay un tema que interesa, por extraño que sea, seguro que alguien escribió un libro sobre ello.
Besos.
Hola Ilona, hay un libro para cada conocimiento, no hay duda, a poco que busques aparece el escrito de alguien que ya investigó, lo que suele facilitar mucho el aprendizaje. Este libro no lo tengo pero me gustaría. Coincido contigo en que este es un juego atemporal que espero que siga practicándose en el futuro, por toda la diversión que aporta a los pequeños y por las destrezas que se desarrollan con su práctica ¡todo en uno!
ResponderEliminarY la cajita de Cuca ciertamente es muy cuca, pequeño complemento perfecto para una muñeca. Un besico.