Si algo queda de mi primera memoria
televisiva infantil son algunas series de dibujos animados que me tenían
totalmente absorta ante el aparato cada sábado tras comer.
Marco, de los Apeninos a los Andes fue una
de ellas y su huella perdura. ¿Cómo olvidar el drama, y también las
aventuras de un niño que se cruza el mundo en busca de su madre?
Basándome en lo anterior he querido
recrear la habitación de unos niños de la época a los que les gustaba mucho
esta serie y que debían de ser buenísimos porque tenían toda clase de juguetes y
otros objetos relacionados con el personaje. O quizá sea cosa de una coleccionista que ha ido atesorándolos.
Vamos al principio. Marco es un
relato corto que en 1886 el escritor italiano Edmondo de Amicis incluyó en su
libro Corazón: Diario de un niño. En Corazón, Enrique, el chico protagonista,
escribe un diario durante el curso escolar hablando de su colegio, sus maestros,
sus compañeros, las excursiones que hacen, los cuentos que leen.
Estos cuentos narran la vida de
otros niños y ofrecen una enseñanza a Enrique y a sus amigos. Así es el relato
de Marco, un pequeño de trece años que ve partir a su madre a la emigración.
Desde luego cuando veíamos la
serie no éramos plenamente conscientes de los temas sociales que planteaba: la pobreza que
empujaba a dejar los hogares, el dolor de la separación y la pérdida de una
madre, la soledad, la enfermedad. Creo que nos fijábamos más en la valentía y
el arrojo de ese italianito que no dudaba en salir de su casa en Génova y lanzarse
a cruzar el océano en su búsqueda.
Pero sufrir, sufríamos. A Marco
le pasaba de todo y como niños que éramos no era difícil sentirnos cercanos a
él aunque al acabar el capítulo nuestro única preocupación fuera saber qué íbamos a
merendar seguidamente.
Los telespectadores españoles
vimos la serie entre 1976 y 1977 y me acuerdo bien del último capítulo, que leo fue en el mes de noviembre, ya que
ese día nuestra madre nos puso para comer cardo, una verdura de invierno. Al
parecer entonces no nos gustaba nada y con mis hermanos intentamos hacer un
motín para no comerlo … sin éxito.
Debimos ponernos muy muy burros porque
mi madre tiene más paciencia que nadie pero ese sábado nos amenazó con no dejarnos ver el
capítulo de Marco que cerraba la serie ¡No podía ser! ¡Marco por fin iba a
encontrar a su mamá y la nuestra nos impedía verlo!
No recuerdo a qué trato llegamos,
si nos comimos el plato entero, la mitad o nada porque se compadeció con
nuestros llantos y ruegos. Lo que sé es que nos arremolinamos en el sofá de skai para ver
el final esperado después de tantas semanas deseando ver el encuentro feliz.
De todo esto me iba acordando al hacer las fotografías que estás viendo. ¿Tú también viviste con
emoción el viaje del niño italiano desde los Apeninos hasta los lejanos Andes? Entonces espero haber despertado en ti buenos recuerdos.
¿Quieres
comentarme algo? estaré encantada de leerte, puedes hacerlo abajo. Aclaraciones,
aportaciones y preguntas son bienvenidas.
Otra serie mítica fue HEIDI y hablé de ella hace tiempo, la tienes aquí y también aquí.
Todas las
fotografías de esta entrada están hechas por mí. En virtud de la ley de la
propiedad intelectual está prohibido utilizarlas sin mi consentimiento. Si las
necesitas, ponte en contacto conmigo a través de este blog, gracias 😉
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