Cuando
un juguete llega a nuestras manos rara
vez sabemos algo de “su vida anterior”, pero cuando ha pertenecido a alguien de
nuestro entorno o es un objeto de nuestra propia infancia tiene tras de sí una
historia que conocemos y merece ser contada. Mi conjunto de muebles amarillos también tiene la suya e incluye los conceptos
felicidad, reencuentro, cariño y sorpresa.
Los
recibí como regalo de Reyes hace muchos años y lo cierto es que no recuerdo
nada de aquel momento pero sé que pronto se convirtieron en uno de mis
juguetes favoritos y disfrutamos de interminables tardes de juegos juntos,
además como eran pequeños los llevaba y traía a casa de mis amigas. Debió
suceder, pues tampoco lo recuerdo bien, que en una ocasión se quedaron en
casa de una tía olvidados y pasó el tiempo, crecí y no los eché de menos … hasta que algunos años después tras visitar
una exposición de juguetes antiguos volví a casa con ganas de recuperar los
míos. Muchos todavía se guardaban en la
buhardilla y solo hube de limpiarles el polvo para volver a sentir la felicidad
que me dieron en mi infancia. Sin embargo de este conjunto solo encontré los sillones,
una mesilla y la puerta del armario. Faltaba
el resto ¿dónde estarían?
Poco
a poco me fui introduciendo en el mundo del coleccionismo y no tardé en montar
una exposición con mis moñas y mis
juguetes, pedí a otras personas conocidas que trajeran los suyos juntándonos
con un grupo variado y muy bonito. Pregunté a mi tía Pepa que me dijo “ven y busca en el granero que algo tendré”. Efectivamente entre sus cosas había algunos muebles de madera, un
costurero, cestitas, varios muñecos, tarjetas postales: piezas que me gustaron
mucho y que enriquecieron la muestra. Lo mejor fue descubrir que allí estaba la otra mesilla y mi armarito ¡qué alegría me llevé por el rencuentro! De la camita plegable nunca se
supo nada y aunque me hubiera gustado mucho dar con ella estaba feliz porque
casi todo había aparecido.
Pero esta historia tiene más partes. Como he dicho recibí estos juguetes de los Reyes Magos por mediación de mi tía Oti que fue quien escribió la carta y los fue a ver a una juguetería de mi pueblo. Me contó que la señora de la tienda le dijo que los tenía desde hacía bastantes años en su almacén (así entiendo ahora que aunque sean de los años 50-60 a mí me los trajeran sus majestades muchísimo tiempo después). Con buen criterio pensó que me gustarían y así fue, no han dejado de ser mis favoritos desde entonces.
La
sorpresa vino cuando en mi primera visita al Museo del Juguete de Denia vi una
caja con el conjunto completo ¡eran los míos, los mismos! Qué emoción ver una
parte de mi infancia reflejada en esa cajita. El dibujo no era el mismo,
después comprobé que se habían hecho con diferentes calcomanías pero no
importaba, eran ellos e incluían la camita.
Y
ahora los datos: fueron fabricados en Denia por Llobel, una empresa fundada en
1946 por Vicent Aguelles y su cuñado Miguel Llobel. Se considera al señor
Vicent como uno de los primeros trabajadores de la industria juguetera de esa
población habiéndolo hecho en diferentes talleres. En la primera etapa de
Llobel se utilizó la madera para crear carros, arrastres, camiones, muebles de dormitorio y de comedor, pizarras, armarios, supermercados y guiñoles según los
gustos del momento en cuando al mobiliario. Posteriormente en la segunda se
siguió utilizando la madera pero se introdujo el plástico para fabricar bancos,
sillas, pupitres, toboganes, futbolines y otros. (Datos extraídos del libro ELS JOGUETS DE DÉNIA que recomiendo una y otra vez)
No sé si ellos o los operarios que los hicieron llegarían a saber cuánta felicidad repartieron entre los niños españoles. Aunque ha pasado mucho tiempo, gracias a todos ellos.
* Acompañan a los muebles dos muñequitos de terracota de los años 50. El tacatá reproduce un modelo tradicional pero es moderno.
* Si te interesa el juguete de Denia mira en el buscador de la derecha, en etiquetas.
* Si te interesa el juguete de Denia mira en el buscador de la derecha, en etiquetas.
* Todas las fotografías marcadas son de mi propiedad y no pueden ser reproducidas sin mi permiso expreso. El resto pertenecen al portal Todo Colección.
Sabe por casualidad de quién es esa muñeca sentada en un sillón rojo? concretamente la vitrina expositora de Dénia, tiene aspecto de cabeza de porcelana, pero el letrerro imposible de leer. Gracias
ResponderEliminarHola Loles, no tengo la menor idea de quién es la muñeca sentada, pero no creo que sea de porcelana, en Denia no me consta que se fabricara en ese material. Miraré el archivo de tengo de fotografías tomadas en ese museo, a ver si en alguna se ve mejor la muñeca que me dices. Siento no poder ayudarte, te mando un saludo de mis juguetes y moñas.
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